El Imperio Carolingio es
una termino historiográfico que se ha utilizado para referirse al Reino
de los Francos en el periodo de la dinastía carolingia.
El término "Imperio Carolingio" ( imperio de Carlos) hace hincapié a la coronación de Carlomagno como Emperador en el año 800 por el Papa León II.
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En Europa occidental, tuvo
como núcleo el actual territorio de Francia.
La base del imperio fue el reino Franco el
cual fue fundado por Clodoveo con
quien se inicio la dinastía Meronvingia
Era una alianza política-religiosa
(Emperador-Papa) similar a la lograda por Constantino en Roma (312).
Predomina un modo de producción feudal el cual se basa en la explotación de los campesinos en calidad de servidumbre por la clase dominante
que estaba conformada por los grandes terratenientes quienes usufructuaban la
riqueza y los cargos principales del Estado.
La debilidad de los sucesores de Carlomagno provocó la división del imperio. Las oleadas de invasiones de vikingos, sarracenos y magiares acabaron de fragmentar Europa.
Carlomagno: Hijo del rey Pipino y de Bertrada de Laon, sucedió a su padre y correinó con su hermano, Carlomán I. Aunque las relaciones entre ambos se tornaron tensas, la repentina muerte de Carlomán evitó que estallara la guerra, se convirtió en su protector tras derrotar a los lombardos en Italia. Luchó contra los pueblos eslavos. Tras una larga campaña logró someter a los sajones, obligándolos a convertirse al cristianismo e integrándolos en su reino; de este modo allanó el camino para el establecimiento del Sacro Imperio Romano Germánico bajo la dinastía sajona. Expandió los distintos reinos francos hasta transformarlos en un Imperio. Conquistó Italia y fue coronado Imperator Augustus por el papa León III el 25 de diciembre de 800 en Roma. Gracias a la oportunidad ofrecida por la deposición de Constantino VI y lo que se consideraba la vacancia del trono imperial, ocupado por una mujer, Irene. Tras unos frustrados planes de boda entre Carlomagno e Irene, estalló la guerra.
La debilidad de los sucesores de Carlomagno provocó la división del imperio. Las oleadas de invasiones de vikingos, sarracenos y magiares acabaron de fragmentar Europa.
Según el Tratado de Verdún, del año 843, Carlos el Calvo recibió la parte occidental, Luis el Germánico ocupó la parte oriental, y el mayor, Lotario, heredó el título imperial y el territorio intermedio entre los otros dos, la llamada Lotaringia, que desapareció en el año 870, dividida y anexionada por los otros dos reinos, que a su vez no tardaron en dividirse. Europa quedaba así fragmentada, y se perdía su fuerza unitaria.
La debilidad de los reyes se hizo evidente y se vieron obligados a ceder gran parte de su autoridad a condes y marqueses para obtener su apoyo.